Salvaje y natural

sábado, julio 16

Erase una vez, el mundo al revés

Yo, que te idolatraba, y te tenía miedo, fui corriendo a darte un abrazo, a que tú me rodearas, como nunca antes había hecho. Tú, que nada más verme sacaste inevitablemente una sonrisa, que me encantó.


Así de simple, así de antiguo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario