+Poniendo las cartas sobre la mesa, siempre pensé en ti, y ahora la cuestión no es si me lo permites o no, si no quien va a detenerme.
-Oh por favor, no finjamos más, hagamos lo que llevamos años deseando, vamos a apartar la conciencia, y vamos a dejarnos llevar, a permitir que las caricias sean más, mucho más...solo ven, ven, ven ...
+Me entiendes, tú, verdad?
-Excede, sobrepasa y siéntete así, frágil. O fuerte. Exhala, inhala, y con los ojos cerrados, siente. No sufras por caer, hazlo por no intentarlo, aún que sepas que tienes tantas ganas como miedo. Ser, sentir; no se como he llegado hasta aquí, pero es donde me encuentro.
+Eres tú mi pequeña infinidad, y después de todo, quien dice que no a los excesos ¿?
No somos como los demás. Dos pequeñas y estúpidas simples y cosas bonitas unidas sin más, sintiéndose una, es algo genial. Presiento que será genial. No, será interesante.
-Já!, esto es un sin sentido. No tengo nada, y ese es el problema, que lo ambiciono todo. El surrealismo que padezco y lo imposible de mi mente.
+Y es que es más fácil empezar de cero que arreglar lo malo, aún que lo difícil es que en su solución alguien no lo pase mal.
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