Salvaje y natural

lunes, junio 20

Te veo, te siento.

Él, apuesto, enamorado de los días grises que provocan que la oscuridad le descubra así mismo, se sorprende conociendo la humanidad de las personas. Aún así, no es capaz de ver esa estrella que le ilumina todo lo que tiene a su alrededor, esa luz que le busca.


Era una habitación con muchas, muchísimas luces. Era algo precioso. Como esa foto del cosmos llena de miles de estrellas brillantes de colores.
En toda esa maravilla, encontré un punto negro, no creo que fuese un agujero, aún que mis pensamientos si se los llevaba. Lógicamente no era de fiar, pero entre todo lo que había, a mi me podía la curiosidad por aquello, cada vez más grande.
Al final resultó ser la sombra perfecta, para que yo le iluminara.

No hay comentarios:

Publicar un comentario