El pensar que nadie la ve, y todo el mundo la mira.
La forma en que te regala una sonrisa cuando se le escapan las inseguridades. Como aprieta los puños con fuerza cuando se enfada y la forma en la que arruga la nariz cuando no sabe que está pasando.
Y esa manera que tiene de caminar, ¿qué me dices de ella? No sé como lo hace pero consigue hipnotizarles con cada paso que da.
Que nadie ha conseguido tenerla aún, y probablemente nadie lo hará. Porque cuando deja de lado todo aquello de que no se sabe valorar, es puro fuego. Dinamita. Estalla. Viene y se va. Tan rápido como una estrella fugaz. Pasa por delante de tus ojos, crees que puedes tenerla y de pronto, desaparece.
Tan bonita como una noche de luna llena, y tan temible como una película de miedo que luego provoca pesadillas. Tan buena como una noche de fiesta, tan mala como la mañana siguiente teniendo que madrugar.
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